Y es que tiene muy poco ocio, porque cuando no trabaja está acostao, y claro, entre estar acostao y trabajar no le queda tiempo de nada.
Pues bien, me decía mi estimado amigo número dos, de los tres que tengo y el número uno llevo sei saño sin verlo, que se enontraba angustiado, cansado, agobiado y fatigado tal vez en el trabajo, precisamente porque no le quedaba tiempo para nada, y mira tú que hacer nada ocupa poco tiempo, y que por eso, decía que trabajar era como estar en la cárcel.
-Nada más lejos- le dije, y mil motivos tengo: En la cárcel la comida es de grati.
Dime tú otros novecientosnoventainueve, a ver si animamos a mi querido número dos.
Adios muy buenas.
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2.-En la cárse te lavan la ropa
17 mayo, 2005 17:03Publicar un comentario